Tener que recorrer París a pie para buscar los escenarios donde debía situarse la trama de la novela resultó fantástico. Sus edificios de corte renacentista y sus tejados abuhardillados te transportaban fácilmente a la época del finales del siglo XIX. No obstante, la magnitud de la ciudad y los multitudinarios rincones incomparables que ofrecía la capital francesa hicieron que el desarrollo de la historia se convirtiera en un auténtico lujo de detalles que he intentado plasmar en ella.
Para buscar una de las pistas que el personaje debía encontrar tuve que subir por la escaleras de la Torre Eiffel. Aunque fue una esperiencia irrepetible os aconsejo que no lo intentéis, pues cuando llegué arriba estaba completamente derrotado.
"La Página 64", de Fran J. Marber.
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